domingo, 15 de marzo de 2009

DEFINICION


La psicología positiva es el estudio científico de las experiencias positivas y los rasgos individuales positivos. Su principal propósito es ampliar el foco de la psicología clínica más allá del sufrimiento y su consecuente alivio. Para cumplir este propósito es necesario comprender el funcionamiento óptimo en múltiples niveles, incluyendo el experiencial, personal, relacional, institucional y social. Por lo tanto, es necesario estudiar la dinámica entre estos procesos y la capacidad humana de dar orden y significado en respuesta a la inevitable adversidad, considerando que el significado de la buena vida, en todas sus posibles manifestaciones, puede emerger de estos procesos.

ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA


ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA


Seligman (1998) citado por Prada (2005) menciona que la psicología ingresó como ciencia de la mano de la medicina y no pudo desligarse del modelo médico. Además, las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, hicieron necesaria una mayor atención a las enfermedades mentales, relegando a un segundo plano el estudio de los procesos normales. Desde ese entonces, la psicología sigue el mismo rumbo y como consecuencia se encuentran instaladas creencias erróneas del tipo que la ausencia de enfermedad o su alivio, es suficiente para alcanzar la felicidad o un grado óptimo de funcionamiento. En este contexto surge la Psicología Positiva, con el objetivo de investigar acerca de las fortalezas y virtudes humanas y los efectos que éstas tienen en las vidas de las personas y en las sociedades en que viven.


Es preciso resaltar los aportes del psicoanálisis, el conductismo, el cognitivismo, la psicología humanística y la existencialista para el actual entendimiento de los aspectos positivos de la experiencia humana. Sin embargo, entre los antecedentes más destacados, se encuentran en primer lugar los aportes de la Psicología Humanística. Los psicólogos humanistas no sólo investigan acerca del sufrimiento y el trauma, sino también abordan cuestiones relacionadas al crecimiento, la creatividad, sueños, ética y valores. Los mismos hacen hincapié en las mismas premisas que la Psicología Positiva, las cuales entre las más destacadas se pueden mencionar la voluntad, responsabilidad, esperanza y emoción positiva. En la década del setenta, Rogers a través de su terapia centrada en el cliente desarrolla su creencia de que los individuos tienen el poder de moverse a si mismos a un mejor funcionamiento describiendo y expresando su auténtico ser. Asimismo, realizó también una gran contribución al estudio del funcionamiento integral de la persona, entendiendo la vida plena como un proceso, caracterizado por la apertura a la experiencia, la tendencia al vivir existencial, la mayor confianza en el organismo y la tendencia a un funcionamiento pleno.

COMPONENTES DE LA PSICOLOGIA POSITIVA



EMOCIONES POSITIVAS


Las emociones positivas resultan de una activación del sistema conductual que motiva la conducta. De acuerdo con este enfoque las emociones positivas no sólo deben ser agradables, sino que es necesaria una conducta para que lo sean.

La mayoría de los investigadores por lo general incluyen emociones positivas generales tales como alegría, felicidad, placer y euforia, mientras que con menos frecuencia se incluyen emociones como coraje, esperanza, valor y asombro. Sin embargo, al referirse a una organización jerárquica de emociones positivas se pueden encontrar discrepancias. Una primera línea, la de Watson, describe tres grandes emociones; jovialidad, atención y auto-aseguración. En segunda línea, Fredrickson asegura que hay por lo menos cuatro distintos tipos de emociones positivas, estas son alegría, interés, amor y satisfacción. Diener, Smith y Fujita, conforman la tercera línea teórica y proponen un abordaje más sistemático y empírico e incluyen aspectos cognitivos y biológicos, estos autores sugieren dos distintos tipos de emociones positivas: alegría y amor. De todas formas, las tres líneas coinciden en que las emociones positivas están fuertemente correlacionadas entre si y relativamente indiferenciadas.

MODELO DE EMOCIONES POSITIVAS

Esta figura representa los tres efectos secuenciales de las emociones positivas: ampliación, construcción y transformación. Las emociones positivas amplían las tendencias de pensamiento y acción provocando el efecto contrario a las emociones negativas. Debido a esa ampliación de las tendencias de pensamiento y acción se favorece la construcción de recursos personales para afrontar situaciones difíciles o problemáticas. Esta construcción de recursos personales produce un tercer efecto que consiste en la transformación de la persona, que se torna más creativa, muestra un conocimiento más profundo de las situaciones, es más resistente a las dificultades y socialmente mejor integrada, con lo que se produce una "espiral ascendente" que lleva a que se experimenten nuevas emociones positivas.
El cultivo de emociones positivas optimiza la salud y el bienestar y favorece el crecimiento personal permitiendo sentirse satisfecho con la propia vida, tener esperanza, ser optimista, tener experiencias de flujo y ser más feliz.

EL FLOW


Csikszentmihalyi (1998) define el flow como un estado de conciencia que comienza a enfocar la atención en una meta clara y definida, donde la persona se siente envuelta, concentrada, absorbida por la tarea y las horas pasan casi sin notarlo. Este estado placentero, según el autor, puede ser controlado poniéndose retos o desafíos –tareas que no son muy difíciles ni muy simples para las propias habilidades. Y con estas metas, se aprende a ordenar la información que entra conscientemente y mejorar la propia calidad de vida. La falta de emoción y de cualquier tipo de conciencia parece ser la clave de la fluidez. Csikszentmihalyi (1998) afirma que la intensidad del flow varía dependiendo de la persona y la actividad realizada, es decir de la percepción subjetiva que tenga el individuo sobre el desafío que implica la actividad y la percepción subjetiva que tenga sobre las herramientas para llevarla a cabo, es decir, sus habilidades.
Entonces, se podría pensar que cualquier individuo puede encontrar el flow en casi cualquier actividad laboral. De la misma forma que cualquier actividad laboral puede llegar a aburrir o crear ansiedad si los niveles de desafío y habilidades no logran mantener un equilibrio dinámico. Este balance parece ser intrínsecamente frágil y si el desafío comienza a exceder a las propias capacidades, se genera ansiedad. Si por el contrario, las capacidades exceden a la tarea, la persona primero se relaja y luego se aburre. En este punto, la atención juega un papel muy importante. La apatía, aburrimiento y ansiedad así como el flow dependen de cuánta atención se esté prestando en determinado momento. En el aburrimiento y sobre todo en la apatía, el bajo nivel de desafío en relación a las habilidades hace que la atención decaiga. Por el contrario, en la ansiedad el nivel de desafío percibido excede las habilidades. Particularmente en contextos de motivación externa la atención cambia por momentos, lo que impide un compromiso con la actividad. Experimentar ansiedad o aburrimiento hace que la persona, en el mejor de los casos, ajuste su nivel de capacidad o desafío para volver al estado de flow. Así se podría situar al flow en medio de un continuo entre ansiedad y aburrimiento

CARACTERISTICAS EL FLOW


- La persona se encuentra absolutamente concentrada en la actividad.
- Hay metas claras que conseguir, y se consiguen. Es decir, que la actividad es acorde a las propias habilidades.
- A la persona le parece estar superando el reto con sorprendente facilidad.
- Se despreocupa por los riesgos o peligros que la actividad conlleva.
- Experimenta la sensación de tener el control.
- La actividad procura retroalimentación inmediata.
- Pierde la noción de si mismo.
- El sentido de la duración del tiempo se altera.
- La actividad viene a constituir un fin en si misma.
- Experimenta sensaciones de euforia, de triunfo y un espectacular sentido de trascendencia.
- No hay miedo al fracaso.

Muchas personas piensan que las horas que pasan trabajando son esencialmente una pérdida de tiempo, se sienten alienados y la energía física invertida en su trabajo no hace nada para fortalecerlos. Sin embargo, para muchas personas el tiempo libre también es una pérdida de tiempo ya que no saben qué hacer con él, el tiempo de ocio proporciona un respiro del trabajo, pero en general consiste en la absorción pasiva de información sin usar ninguna capacidad o explorar nuevas oportunidades de acción. Como resultado, la vida pasa como una secuencia de experiencias de aburrimiento y ansiedad donde la persona tiene poco control.

Sin embargo, según Csikszentmihalyi (1998) algunos de los momentos más intensos y satisfactorios se producen durante las horas de trabajo; esto se debe a que se producen más ocasiones para el fluir en el trabajo.
Lo ideal dentro de las organizaciones en que los individuos se mantengan en el estado de flow al desempeñar los compromisos asignados, contribuyendo al desarrollo del plan estratégico de la Organización.